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Insights

Argentina en las urnas: El futuro incierto de la igualdad LGBTQ

Region(s)

Type

Commentary

Author(s)

Alberto de Belaunde
Published Date

El 19 de noviembre, en una segunda vuelta presidencial muy disputada, Argentina elegirá entre el candidato progresista y ministro de Economía, Sergio Massa, y el contendiente conservador y diputado, Javier Milei. Estas elecciones son cruciales no solo para la trayectoria política y económica de la nación, sino también para la lucha continua por los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y queer (LGBTQ). El resultado determinará la futura dirección del país, reforzando o desafiando el progreso que Argentina ha logrado en la promoción de la igualdad de las personas LGBTQ y la política inclusiva de género.

Argentina se destaca como pionera en la promoción de los derechos de las personas LGBTQ, especialmente en América Latina. Desde 2010, el país ha logrado avances significativos, comenzando con ser el primero en la región en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, asegurando derechos y obligaciones para estas parejas. Una acción crucial fue la promulgación de la Ley de Identidad de Género en 2012, que permitió a las personas cambiar su género en documentos oficiales basándose en la autodeterminación, sin someterse a cirugías, terapias u otros requisitos invasivos o burocráticos, y que garantizaba que las personas transgénero reciban atención médica integral. La nación reafirmó su compromiso con la igualdad en 2015, cuando levantó la prohibición de donar sangre a hombres gays y bisexuales. Y en 2020, Argentina volvió a romper moldes en la región al legislar una cuota laboral trans que amplió las oportunidades de empleo para quienes han experimentado marginalización sistémica por su identidad de género. Además, Argentina es uno de los pocos países en el mundo que ha establecido un representante gubernamental especial en orientación sexual e identidad de género, enfatizando claremente su dedicación a esta causa. Que este cargo sea ocupado por una mujer trans, Alba Rueda, solo refuerza aún más el liderazgo de Argentina en la inclusión LGBTQ.

La candidatura de Javier Milei ha generado preocupaciones significativas para las personas LGBTQ y sus derechos en el país. En su primer discurso tras avanzar a la segunda vuelta de las elecciones, Milei comentó: "No estamos aquí para quitar derechos; estamos aquí para terminar con los privilegios". Contradictoriamente, las propuestas de su plataforma, La Libertad Avanza (LLA), apuntan en contra de las acciones progresistas desarrolladas en Argentina, como la educación sexual integral y la cuota laboral trans. LLA ha expresado repetidamente su intención de eliminar la educación sexual integral, que promueve la igualdad de género, el derecho a la información y valores como el consentimiento, en todos los niveles educativos. El equipo de Milei también atacó la cuota laboral trans. Su candidato al congreso, Ricardo Bussis, declaró: "No sé porque hay que darle un cargo público por ser travesti. Eso lo pagamos nosotros. El que decide ser travesti, que se la banque solo. El Estado no le puede dar una cuota a alguien que pertenece a un grupo minoritario, porque el Estado lo pagamos todos".

Milei y sus aliados políticos van más allá al retratar a las personas LGBTQ, y la igualdad de género en general, como una amenaza para la sociedad argentina, adoptando una estrategia de construcción de amenazas comúnmente utilizada por líderes autoritarios. Milei describió "el lobby LGBT", junto con el movimiento climático y el aborto, como parte de una "agenda socialista" y declaró su intención de desmantelar el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, que administra líneas de atención frente a la violencia de género e implementa políticas destinadas a desmantelar la desigualdad estructural, equiparando este trabajo con el "marxismo cultural". (Extrañamente, afirmó: "No me disculparé por tener pene. No tengo por qué sentirme avergonzado por ser un hombre blanco de ojos azules y rubio. No cederé nada al marxismo cultural. Con esto, ya saben lo que le pasará al Ministerio de la Mujer... porque la única igualdad que importa es la igualdad ante la ley"). Unos días antes de la primera vuelta de las elecciones, declaró: "No vamos a adherirnos a la agenda 2030. No nos adherimos al marxismo cultural, no nos adherimos a la decadencia". Respecto a los temas presentes en el currículo escolar argentino, Milei afirmó que "la ideología de género, los pueblos originarios, la ecología y el lenguaje inclusivo destruyen los valores de la sociedad". Ramiro Marra, el candidato a Jefe de Gobierno en Buenos Aires bajo LLA, propuso reducir los eventos LGBT en centros culturales.

Milei ha intentado en varias ocasiones escapar del debate sobre los derechos de las personas LGBTQ, describiendo la sexualidad como una decisión individual: "Esta es la libertad individual de cada persona para elegir su inclinación sexual y la respetamos”. Sin embargo, lo que dice a continuación deja en claro su hostilidad hacia la diversidad sexual: “Lo que no queremos es que lo tengamos que bancar entre todos porque, el que decidió su camino sexual, es responsable de sus elecciones. No tenemos que hacer cargo de eso a toda la comunidad”. De esta manera, Milei busca evitar ser etiquetado como intolerante o discriminatorio, al mismo tiempo que critica las políticas públicas que reconocen la marginalización de las personas LGBTQ y buscan avanzar en sus derechos humanos.

El potencial éxito de una candidatura no tradicional como la de Javier Milei en Argentina se basa en el clima político actual. Etiquetado como libertario pero fundamentalmente conservador, Milei aprovecha la energía populista de derecha similar a la que produjo victorias electorales para figuras como Bolsonaro en Brasil y Trump en EE. UU. El desencanto generalizado con los partidos políticos tradicionales, a menudo percibidos como corruptos o ineficaces, y una crisis económica han impulsado a les votantes a buscar alternativas. Las encuestas previas a la segunda vuelta indican que esta será una elección muy reñida. A favor de Milei juega el hecho de que su oponente progresista actualmente se desempeña como ministro de Economía de Argentina durante la crisis económica más grave del país en dos décadas. Esta asociación con la actual recesión económica podría inclinar a les votantes hacia Milei, quien representa un cambio radical con respecto a aquellos a quienes perciben como responsables de la situación actual. El estilo poco ortodoxo de Milei, que desafía el statu quo, tiene un atractivo carismático, especialmente entre les votantes más jóvenes que buscan un cambio con respecto a la política convencional.

Algunes votantes pueden no darse cuenta de cuánto está en juego. Ser mujer, queer o de género no conforme puede volverse marcadamente más peligroso bajo regímenes marcados por la hostilidad desde el Estado hacia la igualdad de género y la diversidad. Si bien los temas de género y los derechos LGBTQ no han estado en el centro de la campaña de Milei, su retórica, incluso cuando no es el enfoque principal, podría causar un daño social considerable al perpetuar estereotipos. Sus políticas, si es elegido, probablemente socavarán los movimientos sociales LGBTQ, promoverán una comprensión rígida del género arraigada en el determinismo biológico y retrocederán en derechos duramente ganados.

Además, dado el significado político histórico de Argentina en América Latina, cualquier cambio en su postura sobre tales temas cruciales puede influir en el panorama político regional más amplio, posiblemente estableciendo un precedente para las naciones vecinas. La ciudadanía en Argentina, Latinoamérica y en todo el mundo que se preocupa por la igualdad de género, la seguridad y la dignidad de las personas LGBTQ debería estar observando de cerca la elección, reconociendo que los derechos humanos están en juego.

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